Historias que acontecen en la vida personal a partir de un planteamiento común para todos al que podríamos llamar: "me siento patético engañándome a mi mismo pero lo importante y lo que me hace sentirme bien es mostrar al mundo que soy un feliz triunfador, aunque la realidad es que soy un mierda ignorante de la vida".
La crisis de una civilización que paso a paso ha ido abdicando de los valores para pasar a potenciar un mecanismo avasallador que contiene como máximo exponente la venta de humo y las mentiras atractivas.
No hace falta decir que el pobre de Cervantes daba muestras un episodio si y otro también, plasmar que el bueno de Don Quijote estaba poco lúcido y que jugaba al filo de la fantasía total, el valeroso caballero de la triste figura veía gigantes monstruosos donde habían molinos a los que quería combatir.
Sería fantástico, hasta en un mundo acostumbrado a querer poseer con indecoro y bailando con el engaño y la trampa, el buscar de un modo laborioso y a la vez veraz, el construirnos un camino donde el final del plazo esté más acorde con ser que con tener, y si hay que tener que haya sido siendo.
No nos engañemos a nosotros mismos para sentirnos felices, lo único que tenemos que hacer es acercarnos a las personas a las que queremos y al igual que a las flores, reguemos y cuidemos para que cada día sean más bonitas y no se marchiten con el tiempo.
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