martes, 20 de enero de 2015

Equilibrio total

A medida que te vas haciendo mas mayor te vuelves mas quisquilloso, discrepante y muy minucioso a la hora de disentir de la opiniones de los demás...le dijo un amigo a otro, el cual asintió abogando que mas que eso, que parece hasta un tanto negativo, mas bien y si acaso, mas reflexivo, jucioso y ponderado, y todo ello gracias a las valoraciones nutridas por el arte de la observación.

No voy a entrar en valorar aquí, si en mi pensamiento, como anda la educación actual de nuestros jóvenes, ni en como debería ser el proceso de aprendizaje que debe seguir cualquiera a la hora de intentar dominar un arte, sea el que fuere. No voy a opinar tampoco cual es la manera adecuada de conseguir que el aprendiz se comprometa y acuda como primera medida incuestionable, escuche después e incremente su capacidad de cognitividad, que asimile como mejor pueda la información y que se exprese desarrollándola, no voy a hacerlo porque ya creo que no sé como hacerlo.

Por otro lado si voy a opinar referente a las capacidades que debe desarrollar un entrenador de baloncesto, y no divergiendo entre las diferencias de un técnico de élite y otro de formación, mas bien me refiero a una forma general, y no me mal interpretéis, no lo hago de forma dogmática, es lo que veo en él.
Él es un entrenador que fundó su propio club y que entrenó por supuesto categorías menudas y de inicio, que formó parte de estructuras deportivas regionales, tocando con la mano la dificultad del baloncesto precario y sin medios, que participó después en estructuras deportivas con más medios pero empezando desde abajo, participando íntegramente en la formación de jugadores de cantera ya de clubes importantes, donde después de muchos años de sacrificio vocacional ayudaría y aprendería de buenos entrenadores en primeros equipos a nivel nacional. Un bagaje sin duda adecuado para poder pensar que se está preparado para el más alto nivel, porque el más alto nivel sólo te lo da los años de niveles mas bajos.
Él es un entrenador que entrena individualmente y mejora el rendimiento del jugador a nivel específico, un técnico que lleva esa individualización al rendimiento colectivo con lo cual consigue construir para poder, por una parte mejorar individualmente, como colectivo y por supuesto hacer competir al equipo.
Un entrenador que tiene la capacidad de transmitir a sus jugadores las motivaciones adecuadas para mejorar y competir, haciéndolo desde fuera, algo realmente de gran dificultad. Que es capaz de conseguir la complicidad suficiente con sus grupos de ayudantes, vaya a donde vaya, pero sin perder un ápice de liderazgo, siempre digo que está mal ser autoritario y que la autoridad te la dan los otros miembros del grupo con los que interaccionas, el lo consigue. Coordinar un grupo de trabajo siempre es difícil, pero ese grado equilibrado de tolerancia y compañerismo sumado al de la también exigencia en el trabajo hace que el crecimiento en conocimientos de esos ayudantes incremente.
Siempre es muy difícil conseguir guiar a una masa social de grandes dimensiones hacia la consecución de objetivos comunes orientando y asesorando a sus participantes, muy difícil también obtener la confianza de los que estando por encima del mismo y tan solo esperando números, crean en él, y crean gracias a su baloncesto, eso es la ostia de difícil, ya lo dijo en su día el gran Árvydas Sabonis, que por cierto no es muy ducho en hablar bien de nadie.
Talentoso a la hora de tomar decisiones tanto en la secuencia del trabajo semanal como al llegar la competición y dirección de partido. Tácticamente capaz de poner soluciones a los problemas y de crearlos de forma estratégica al rival.
A nivel de habilidades comunicativas siempre respetuoso y con un código claro donde asegura siempre un contexto adecuado y de libertad para expresar ideas a otros mostrando empatia. Tiene credibilidad, no pierde la calma, resuelve conflictos y acepta las opiniones de personas implicadas en la mejora global.
Entrenador programado donde los haya, sabe elegir concienzudamente todos los parámetros adecuados para que todo vaya funcionando. Viendo sus clases magistrales en clínics de formación continua hemos podido observar que el resultado del juego se obtiene de la construcción del ataque y de la defensa nutridos ambos por los conceptos individuales y colectivos bien trabajados a diario.
Imprescindible para presidir un grupo, habilidades conceptuales como establecer normas básicas de comportamiento, la disciplina adecuada, la capacidad de auto control y la imagen adecuada.
Buen educador referente a jugadores jóvenes en plantillas profesionales a los que siempre les cuesta mucho trabajo superarse, él inculca esos valores de superación dentro además del proceso afectivo adecuado.
Además, todo con un casi perfecto inglés, aunque por supuesto este último dato no es para nada el más importante.