domingo, 25 de septiembre de 2011

el talento le da las gracias al concepto




El otro día me pedía un señor de la calle (que pronto será periodista deportivo, veremos si bueno o malo)...si nuestro querido y talentoso Ricky Rubio iba a triunfar en la NBA. Yo no soy el oráculo del Sur que todo lo sabe, le contesté. Si puedo darte mi opinión, para nada concluyentemente acertada, aunque si tengo claro que deben darse tantísimas circunstancias, coincidencias, condicionantes e historias tópicas e incluso atípicas para que eso suceda... que triunfe o que no, me refiero.




No me cabe duda y sigo pensándolo, que la formación de Ricky Rubio se vió alterada en el tiempo y que lamentablemente continua habiendo en su juego alguna/as miseria/as técnica/as.




A Ricky Rubio lo recordamos teniendo el mundo del baloncesto a sus pies, cuando por medio de la confianza otorgada de uno de los entrenadores grandes de la historia (entrenador formativo que dicen tienen la capacidad de elevar a los jóvenes a lo más alto para luego dejarles caer esperando si luego consiguen levantarse)...decía que parecía que el del Masnou tenía el baloncesto a sus pies cuando con ese impresionante fisico, envergadura braquial, tremenda capacidad para la creatividad en el pase, habilidad en otros muchos aspectos del juego y sobretodo ese estrato intermedio de desparpajo y descaro digno del futbolista brasileño, conseguia casi a menudo hacernos disfrutar muchisimo de su juego de amplitudes, de toda pista (ataque y defensa), de ritmo, vistosidad y arte paranormal en las definiciones y finalizaciones, sobretodo en esos últimos pases de canasta al compañero.




Algo que no entiendo muy bien es que si por un lado el perfil de este chico es el más parecido a ese jugador al que se le debe dejar libre como un animal salvaje, sin reprimirle en su juego, el cual desarrolla natural, como es que también pienso que cuando verdaderamente ha funcionado Ricky Rubio fué cuando tanto en su día ese entrenador formativo acupuntaba a sus jugadores y a sus equipos a multitud de conceptos del juego, sobre todo defensivos, de los cuales Ricky sacaba partido a ese trabajo de forma espectacular, sin olvidarnos tampoco que ese modo de entrenar y jugar también tuvo lugar en la etapa blaugrana.




Su tocayo Rick Adelman es el elegido a dirigir la nave de Minnesota este proximo año (y los 4 siguientes), los que saben del baloncesto americano hablan que este experto entrenador es un gran consumidor de baloncesto descarado, atrevido, ofensivo, arriesgado y a todo campo...algo que a priori le va como anillo al dedo al base catalán...o quizás Ricky necesitará un poquito de juego conceptual, de normas en defensa, como antaño...al más puro estilo Aito García Reneses o Xavi Pascual para poder sobrevivir en esa liga?

jueves, 1 de septiembre de 2011

Actitudes vs. Aptitudes



Cuando potenciamos nuestra capacidad de actuar ordenadamente y de una forma perseverante para conseguir un objetivo que nos produzca una sensación de bienestar, estamos mejorando nuestra conducta y a la vez potenciamos nuestra capacidad disciplinaria. Conseguir esto no es fácil, ya que en la sociedad y el momento en el que vivimos, debemos soportar las molestias que esto origina.



Para conseguir mejorar esa capacidad, necesitamos potenciar esa disciplina necesaria para conseguir nuestros objetivos. Que duda cabe que el deseo intrínseco de cada uno tiene una importancia sobremanera ya que la autoexigencia se convierte en un valor indispensable para ir mejorando y lograr esos objetivos. La persona que consigue desarrollar esa autoexigencia y aprende a exigirse a si mismo se hace comprensivo con los demás y aprende a "trabajar" y le da sentido a todo lo que realiza. Cuando ese deseo intrínseco no es lo suficientemente alto, es necesario que la exigencia venga del exterior y sean segundas o terceras personas las que de una manera extrínseca utilicen las técnicas, métodos y estratégias necesarias para mejorar esos valores.



La disciplina es indispensable para que busquemos persistentemente lo que más nos conviene para poder conocer nuestros deberes. La disciplina ayuda a desarrollar nuestras virtudes y tiene un valor importantísimo para afrontar todas las incidencias que se nos plantean en el día a día y como decía algúno:



" Si dejamos a un joven que haga lo que quiera, cuando sea adulto será un auténtico gilipollas" y "Quien hace lo que quiere, no hace lo que debe".