martes, 25 de diciembre de 2012

Extraviándonos...

No sabria como empezar, pero si se como enfocar y como autosensibilizarme durante estas fechas navideñas, estas siempre acompañadas de eventos y acontecimientos de diferente índole.
Como no podía ser de otra forma me basaré en los pensamientos de Erich Fromm y plasmaré sus conclusiones y opiniones relacionados muy directamente con mis valoraciones y realidades que acontecen alrededor de mi entorno durante estas fechas tan señaladas.

La gran mentira.
Quizás el obstáculo más difícil para aprender el arte de vivir sea lo que llamaré "la gran mentira". No se limita al terreno de la información humana, al contrario, ésta no es más que una manifestación de la gran mentira que penetra todas las esferas de nuestra sociedad. Otro motivo para la dificultad de distinguir entre lo auténtico y lo falso es la fascinación del poder y la fama. Debo advetir también que, al hablar de la mentira, no quiero decir que no todos estos estandartes de la falsedad sean conscientemente insinceros ni pretendan engañar al público. Algunos si, estos además llevados por una mezcla de envidia y celos, bañados de una gruesa capa de ignorancia que todo ello mal digerido lleva a la critica desargumentada, incluso a veces, provista de altos niveles de crueldad y malas intenciones.
Cierto es que algunas cosas hay que decirlas, aun a riesgo de que se tomen como ataques personales a gente muy bienintencionada, pero otras no se pueden ni deben declararse tan gratuitamente.

La charla trivial y las malas compañias.
Otro de los obstáculos para aprender el arte del ser es entregarse a la charla trivial y a las malas compañias. La palabra trivial viene del latín "tri-via" (cruce de tres caminos) y suele denotar vulgaridad, mediocridad e insignificancia. Podemos definir, pues, "trivial" como la postura que se interesa sólo por la superficialidad de las cosas, no por sus causas ni interioridades; la postura que no distingue entre lo esencial y lo inesencial, o que entiende a confundir ambas cualidades. Podemos decir también que la trivialidad se deriva del vacío, la indiferencia y la rutina, o de cualquier cosa que no esté relacionada con la misión esencial del humano. 

La vida sin esfuerzo. Otro obstáculo para aprender el arte de vivir es creer que pueda conseguirse algo sin esfuerzo. La gente se ha convencido de que todo, aun las tareas más difíciles, deben poder cumplirse con muy poco o ningún esfuerzo. Es una idea tan exendida que no necesita de larga explicación, se puede resumir en no enjuiciar los méritos o deméritos que han hecho otras personas para conseguir las cosas ni proclamar sin saber el tipo de esfuerzo que han tenido que hacer, porque realmente, podemos no tener ni idea de los caminos, los esfuerzos y los méritos que hayan podido hacer otras personas.

El ideal del capricho.
Un criterio general del capricho es el responder al "porqué no" en vez de al "porqué". El observador minucioso de los comportamientos habrá descubierto, sin duda, con cuánta frecuencia uno se pregunta el "porqué" de las cosas, los no observadores mejor no deben.

Querer una sola cosa.
La primera  condición para alcanzar algo más que la medianía en cualquier terreno, comprendido el arte de vivir, es querer una sola cosa. Ello supone haber tomado una decisión, haberse fijado un objetivo. Significa que la persona entera se orienta y se dedica a lo que ha decidido; que todas sus energías se centran en el objetivo escogido. Cuando las energías se dividen entre varios objetívos, no sólo se dedica menos a cada uno, sino que también merma el total de energía, por los constantes choques que se producen entre ellos.
Es fácil observar cuántas personas se debaten entre objetivos contradictorios. En parte, es consecuencia de una escisión de cultura, que propone dos modelos contrarios de normas: la caridad y el altruismo cristiano frente a la indiferencia y el egoismo de los burgueses. En este caso puntual, la mayoria adopta la norma del egoismo.

Hacerse consciente.
¿Qué significa hacerse consciente?
Las palabras "conciencia", "conocimiento" y "saber" suelen tomarse como sinónimos, aunque tienen grandes diferencias de significado. "Conciencia" significa un saber profundo, total y participativo, por el que descubrimos, "reconocemos" o "nos damos cuenta" de algo inesperado o que no era patente. En otras palabras: "hacerse consciente" significa "enterarse" (integrarse, completarse) en estado de atención concentrada.

Narcisismo.
El narcisismo es la orientación por la que todo interés y toda pasión se dirígen a la propia persona. En efecto, puede decirse que el narcisista está enamorado de sí mismo, si es que se puede llamar amor al capricho. Para el narcisista, lo único plenamente real es él mismo y lo que le atañe. Lo exterior, lo que se refiere a otros, sólo le es real en el sentido superficial de la percepción, o sea, es real para sus sentidos y para su intelecto, pero no es real en un sentido más profundo, para su sentimiento o su entendimiento. De hecho, sólo es consciente de lo exterior en tanto le afecte. Por tanto, no hay amor, ni participación, ni juicio racional. El narcisista extremo ha levantado un muro invisible entorno suyo. El lo es todo y el mundo no es nada; o mejor: él es el mundo.

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