Siempre me pregunta la gente el porqué tiendo a comparar el amor con el baloncesto. Los que visitais este blog supongo que teneis alguna relación con este deporte en cuestión.
Independientemente que entendamos o no este deporte, seguro que nos une algo con él, unos de una manera y otros de otra, creo entender que podemos decir que lo sentimos, formamos parte de él, nos dedicamos, forma parte de nuestro tiempo cotidiano diário,nos sacrificamos por él, lo intentamos cuidar y a su vez queremos disfrutar también de él, en resumen, lo amamos.
La mayoría de las parejas que se unen e inician la convivencia, reconocen que llevados por la cotidianidad pierden en cierto grado el cuidado y preocupación de los detalles. Las personas que saben apreciarlos se ocupan permanentemente de ellos. Lo importante no son los grandes gestos, sino pequeñas y constantes acciones que logran que el fuego del amor no se apague y con esto se evita caer en la rutina. Debemos estar permanentemente atentos, ser constantes y a la vez exigentes en esta tarea. La propuesta es tratar de hacerle la vida lo más agradable posible a nuestra pareja (aunque yo no creo que se deba amar solamente a una persona, pero eso es otra historia). El cuidado de los detalles, las atenciones diarias, son el secreto del éxito.
¿Cómo no voy a comparar nuestro deporte con el amor?
Y ahora muchos de los que me conocen entenderán porque puedo "enamorarme" de algunas personas que forman parte de nuestro querido deporte y que además cuidan esos detalles tan importantes tanto en el amor como en el baloncesto.
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