Llevo unos días reflexionando sobre particulares actitudes que desarrollan de forma conjunta y en general un grupo de deportistas en periodo de formación, tanto la personal como en este caso la deportiva.
Hace muy pocos días alguien con experiencia y bajo mi parecer bastante criterio y ecuanimidad comentaba que entrenar jóvenes le ayudaba a entender como va el mundo actual, y hace también muy poco tiempo que escuchaba a un jefe de estado muy peculiar avisar de que prácticamente toda la problemática socio mundial actual venía dada por el capitalismo y el consumismo.
Mi reflexión no dista nada de la percepción de que la prácticamente totalidad de los jugadores jóvenes actuales, (y claramente somos los educadores los que ayudamos a fomentar esto), no tienen la capacidad de la "búsqueda del desarrollo de hacer baloncesto con todo lo que ello engloba" y si la de tan solo "consumirlo". El "buscador" se quiere impregnar, quiere conocer, investigar y nutrirse de experiencias y nuevos aprendizajes que le ayuden a sentir lo que es el baloncesto con todo el sacrificio y compromiso que ello a veces conlleva. El "consumidor" tan solo lo practica, lo desarrolla a su manera buscando disfrutar de ello sin ningún tipo de interés por mejorarlo y mejorarse, siendo lo peor además, añadiendo un alto grado de exceso de comodidad y niveles de ociosidad que a veces pueden convertirlo en dañino. El "buscador" se siente agradecido por lo que recibe y se siente dichoso por lo que da y aporta al grupo de trabajo. Un "consumidor" de baloncesto simplemente lo recibe.Un buen ejemplo de ello sería la diferencia entre un artesano que construye, crea y disfruta de ese periodo de aprendizaje y el consumista que tan solo paga para obtenerlo.
Podría actualmente ser capaz de diferenciar a aquellos jugadores que se van poco a poco identificándose con el trabajo de los que simplemente se muestran impasibles y sin sentimiento, simplemente basan su interés a su mera presencia.
Sentir lo que se hace nada tiene que ver con solo hacer lo que se les dice.

