2. Porqué no el pase de pecho de forma habitual

Cuando me dispongo a tratar esta afirmación lo hago dando especial énfasis al contenido de la frase que dice "...de forma habitual", ya que entiendo que el juego del baloncesto es tan amplio y tan cambiante que no creo que debamos erradicar nada del juego. Si es verdad que haciendo memoria y obteniendo información de lo que veo en las pistas durante el trabajo de formación en categorías tempranas respecto a este tema, creo que es un hábito demasiado protagonista el exceso de ejercicios donde los chicos/as casi mecanizan este tipo de pase al repetirlo incansablemente. Es demasiado típico y su transferencia al juego real es mínimo.
Cualquier tipo de pase, es decir, el pase en general depende de un ángulo de ejecución, un ángulo que lo forman cuatro puntos de unión:
1. El balón. La situación donde se encuentra el emisor, el punto de contacto de su mano y el balón.
2. La recepción. El punto preciso donde se encuentra la mano receptora del receptor.
3. La mano del defensor del receptor, en el caso que se encuentre en una disposición de defensa de negación del pase. En su defecto, su cuerpo.
4. La mano del defensor del emisor o pasador evitando haya una línea de pase clara.

Este ángulo de pase existente en cada situación es cambiante y dependerá siempre de la capacidad que tengan los atacantes para abrirlo o de sus defensores para minimizarlo, por ello entiendo que la mayoría de pases en baloncesto tienen un componente de simetría creado por los cuatro condicionantes comentados.
En resumen opino que el pase de pecho es un pase que tiene la particularidad de carecer de amplitud en su ejecución, es un pase que se realiza desde un punto que se encuentra dentro del famoso eje cilíndrico del cuerpo del pasador, algo que no facilita abrir esa línea de pase que corresponde en un 50% al emisor del balón.
De todos modos también creo que en algunas ocasiones tendremos la ocasión de poner este pase en liza, momentos y situaciones habrá, pero no de forma habitual.