martes, 1 de noviembre de 2011

Joan Plaza. Filosofía del juego honesto e integro.



Ya podía entrever sabiendo los orígenes y formación del técnico catalán que desde siempre había colocado como una de sus prioridades la importancia del trabajo defensivo, tan importante en la vida de un grupo que tiene objetivos y que pretende cohesionarse como tal. Además de ello, que duda cabe que tanto en su periplo madridista como en esta etapa de tres años en Sevilla, ha demostrado y continua haciéndolo que los equipos que alecciona y trabaja son grupos bien nutridos a nivel de conceptos tanto individuales como colectivos defensivos y prueba de ello es que suelen ser equipos catalogados como las mejores defensas de la liga cada temporada.



Llevo trasladándome periódicamente a la ciudad de Sevilla también desde hace tres años, pero nunca hasta hoy había tenido el privilegio de presenciar las sesiones de trabajo del técnico catalán, ya que mis estancias prácticamente en su totalidad habían coincidido los fines de semana, momentos dónde el equipo lógicamente compite. Este último viaje no lo tenía planificado, simplemente 6 horas antes del vuelo, decidí desplazarme aprovechando este puente y con la posibilidad por primera vez de presenciar varias sesiones de trabajo en detrimento de los partidos que durante estas últimas campañas presenciaba con motivos de mis encuentros periodicos en la ciudad hispalense. Ya he comentado varias veces que de todas las cosas buenas de las que un entrenador puede disfrutar, es la observación, en mi caso, de las que más, y en estos dos días pude presenciar con agrado y muy maravillado como un entrenador de la llamada élite, trabaja de una forma muy especial y algo diferente a los típicos patrones que existen en este mundo del bàsquet profesional donde porsupuesto sólo prima el resultado. Todo el arsenal técnico/táctico a nivel defensivo gira entorno al trabajo conceptual, la construcción de la defensa colectiva, ya que en mi opinión no la llamaria individual, está estructurada y realizada con muchos tintes de conceptos muy básicos y casi formativos diría yo, sin especulaciones, sin trampas, una filosofia creada desde el aspecto más global hasta llegar al más pequeño pero importantísimo detalle que muchas veces se convierten en lo realmente importante, un trabajo dónde los jugadores se ayudan continuamente cohesionándose de tal manera que al primer despiste de uno de ellos todo ese engranado encadenamiento de conceptos puede irse al traste, una manera de darle importancia a la adherencia del trabajo físico, el técnico y el táctico para de una manera muy ambiciosa darle sentido al juego.



En definitiva puedo decir que ahora entiendo perfectamente el porqué suelo disfrutar casi siempre con el juego del equipo andaluz, el porqué los equipos de Joan Plaza y sus ayudantes suelen encajar normalmente pocos puntos y los motivos por los cuales creo con total seguridad que los jugadores con los que trabaja siguen creciendo como jugadores y como personas a pesar de la veteranía o juventud que puedan tener...y todo ello desde el desarrollo de valores tan importantes y muchas veces obviados como la honestidad y la integridad en el juego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario