miércoles, 19 de octubre de 2016

...la otra acera.

Goran es un señor de 36 años nacido en Belgrado que vive en Roma, está casado y tiene una linda hija de 4 años que se llama Zelka fruto del amor que comparte con su esposa italiana de nombre Telma. Goran es bibliotecario y habla cuatro idiomas a parte del materno. Por las mañanas trabaja de atención al público que visita la biblioteca y por las tardes imparte clases de piano de forma particular. Goran tiene de forma regular por las tardes durante la semana a cuatro alumnos. Uno de ellos Pietro tiene 14 años, Pietro es tímido e introvertido, está dotado de un gran talento para el oído y entiende de forma especial la música, seguramente termine dedicándose a la música, lo lleva dentro. Carla y Romina son mellizas, tienen 10 años y les encanta tocar el piano, posiblemente lo único que tengan en común, ya se sabe de las tremendas diferencias de actitud y de rasgos personales que suelen tener los hermanos bibitelinos. Tocan el piano para divertirse. Por último están Mikel y Bosco, ambos de 16 años. Mikel es de origen hispano, padre panameño y madre española. Mikel es muy introvertido, callado y observador, es atento y muy educado. Destaca en el de forma particular una alta connotación de actitudes y gestos bastante afeminados que denota en el una más que posible homosexualidad. Bosco es romano de pura cepa, de padre ex estrella del waterpolo mundial, deportista de élite y ahora entrenador. Su madre miss Italia a principios de los años 90 y ahora presentadora de televisión en informativos semanales. Bosco es alto, atlético y muy bello, unos enormes ojos azules adornan su guapo rostro, Tiene una gran aceptación dentro de cualquier ámbito donde se mueva. Muy culto y educado, no es el típico adolescente de 16 años prepotente por tener una belleza infinita, al contrario, es muy humilde y gentil con todos con quien comparte su tiempo.
Mikel y Bosco son amigos, van juntos al colegio por las mañanas y por las tardes coinciden en día y horario en sus clases de piano con Goran. Un día, antes de iniciar la clase, Goran se percató de forma clara de algo relacionado con la actitud y el aspecto de Bosco. Bosco no podía disimular su cara de contrariado casi llegando a una puesta en escena de enfado y malestar. Goran se extrañó y en su típico modo de actuación propia de una vecina del quinto que chafardea continuamente con la del cuarto de todo lo que pasa en la escalera, le preguntó:
-. ¿Que te ocurre Bosco?-.
A lo que Bosco respondió:
-. Nada profesor, tan solo un pequeño dolor de cabeza-.
Ni por un solo instante Goran creyó lo que aquel joven de 16 años y en plena adolescencia le respondía. Goran intuyó claramente que estaba o había existido muy recientemente un episodio de controversia entre el y su amigo Mikel.
-. ¿Seguro no ha pasado nada entre vosotros dos? Con lo buenos amigos que sois.
Bosco interrumpió añadiendo:
-. ¿Qué amigos? Si a un caso compañeros de clase y de piano por las tardes. El que se quede en su acera y yo en la mía.
Entonces fue cuando Goran entendió lo que podía haber pasado. Miró a Mikel que esbozó la típica sonrisa/escudo que se realiza cuando uno quiere dar a entender que gestiona sin preocupación una situación que en realidad si le minimiza, le preocupa o incluso le entristece y hace sufrir. El disimulo de despreocupación que hizo Mikel fue el detonante de una reflexión que en este caso el adulto tuvo por el espacio de varios segundos, pensó que debía intervenir y suavizar de alguna manera aquella situación cuanto menos inadecuada por parte de alguno de aquellos muchachos que en aquel momento discernían de forma tan grave pero que de forma regular tanto se querían, todo sea por el amor pensó.
Goran desarrolló la clase de piano con normalidad y despidió a los chicos como de costumbre, de forma agradable y amena. Unos segundos después citaba por mensaje de voz a Bosco con el propósito de mantener una charla amigable y cordial referente al tema que tanto y en este caso preocupaba a los tres.

Goran habló a Bosco que escuchaba muy atentamente:
-. Querido joven amigo, ¿Sabes cuales son los cuatro grandes pilares en los que baso mi relación interpersonal con cualquiera con los que elijo formen parte de mi vida en cualquier ámbito?
Bosco elevó la mirada hacia arriba buscando respuesta pero no supo contestar.
Goran continuó:
-. Baso mi relación sobretodo y por encima de otras muchas cosas importantes, en cuatro valores humanos, uno es la tolerancia, otro es la comprensión, la empatía y en un último término la solidaridad. Lo hago con todas las personas a las que quiero, porque además también necesito recibir en mi persona esas virtudes humanas. Son valores que pueden desarrollar las personas, independiente de su género, sean hombres o mujeres, raza, etnia, nacionalidad, estatus o preferencia sexual. Nunca tiendo a realizar diferencias con respecto a estos cuatro valores tan importantes para mi. Mikel te ha demostrado y te ha enseñado lo importante que es la amistad y el amor que pueden profesarse dos buenos amigos, al igual que has hecho lo propio tú con el por supuesto. El te quiere de la misma manera que tu has demostrado quererle a el. Ahora solo queda mostrar y desarrollar esos valores humanos, algo que no se puede negar a nadie, que van relacionadas entre sí y que se traducen en otro gran valor, el respeto, algo que jamás debe obviarse.
Y por último y si me permites te diga algo mas, te diré algo que seguramente mas de tres cuartas partes del planeta no entiendan, te diré que Mikel te quiere igual o mas que otros que pertenecemos a tu misma acera...porque los abrazos, abrazos son, da igual de que acera provengan.


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