lunes, 14 de noviembre de 2011

Cristobal Colón y sus herederos



El conocido periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano tiene la siguiente visión sobre el "descubrimiento de América", acontecimiento histórico:



¿Cristobal Colón descubrió América en 1492? ¿o antes que el la descubrieron los vikingos? ¿y antes que los vikingos? Los que allí vivían, ¿no existían? Cuenta la historia oficial que Vasco Nuñez de Balboa fué el primer hombre que vió, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos? ¿quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz, la patata, el tomate y al chocolate? ¿y a las montañas y a los rios de América? ¿Hernán Cortés o Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos? Nos han dicho, y nos siguen diciendo, que los peregrinos del Mayflower fueron a poblar América. ¿América estaba vacía? Como Colón no entendía lo que decían, creyó que no sabian hablar. Como andaban desnudos, eran mansos y daban todo a cambio de nada, creyó que no eran gentes de razón. Y como estaba seguro de haber entrado al Oriente por la puerta de atrás, creyó que eran indios de la India. Después, durante su segundo viaje, el almirante dictó un acta estableciendo que Cuba era parte de Asia. Los conquistadores exigían que América fuera lo que no era, no veían lo que veían, sino lo que querían ver: la fuente de la juventud, la ciudad del oro, el reino de las esmeraldas, el país de la canela...



Los que pertenecemos a este mundo del baloncesto, todos, nacemos, crecemos, progresamos, nos estancamos, cosechamos éxitos, acumulamos derrotas, padecemos lesiones, ganamos títulos, perdemos o ganamos finales...una larga lista de experiencias que condicionan globalmente nuestras carreras deportivas. Todas estas experiencias y el camino recorrido son las verdaderas razones que hacen que un jugador sea el jugador que es o que fué, desde su inicio hasta su retirada. Suelen ser esos motivos, ese acumulamiento de situaciones experimentadas, trabajo diario, competiciones realizadas, entornos habídos, familias, entrenadores y compañeros todos...los que hacen sin excepción que uno sea tal como es.



Nuestro mundo esta repleto de descendientes de "grandes" descubridores, descendientes de Colón, personajes de nuestro baloncesto que continuamente se atribuyen el mérito del descubrimiento, alardeando de excelsa capacidad de detección del talento y que cuando las circunstancias o coincidencias hacen que esos jugadores salgan a flote y cosechan éxitos o realizan un gran juego, no tardan en colgarse las medallita...susodicha medallita corresponde al jugador y sólo a el, y si tuviéramos que atribuir ese mérito al descubrimiento del jugador maravilloso tendríamos que pensar más que nadie en su señora madre, que fúé realmente quien descubrió a ese maravilloso y talentoso jugador el día del parto.






martes, 1 de noviembre de 2011

Joan Plaza. Filosofía del juego honesto e integro.



Ya podía entrever sabiendo los orígenes y formación del técnico catalán que desde siempre había colocado como una de sus prioridades la importancia del trabajo defensivo, tan importante en la vida de un grupo que tiene objetivos y que pretende cohesionarse como tal. Además de ello, que duda cabe que tanto en su periplo madridista como en esta etapa de tres años en Sevilla, ha demostrado y continua haciéndolo que los equipos que alecciona y trabaja son grupos bien nutridos a nivel de conceptos tanto individuales como colectivos defensivos y prueba de ello es que suelen ser equipos catalogados como las mejores defensas de la liga cada temporada.



Llevo trasladándome periódicamente a la ciudad de Sevilla también desde hace tres años, pero nunca hasta hoy había tenido el privilegio de presenciar las sesiones de trabajo del técnico catalán, ya que mis estancias prácticamente en su totalidad habían coincidido los fines de semana, momentos dónde el equipo lógicamente compite. Este último viaje no lo tenía planificado, simplemente 6 horas antes del vuelo, decidí desplazarme aprovechando este puente y con la posibilidad por primera vez de presenciar varias sesiones de trabajo en detrimento de los partidos que durante estas últimas campañas presenciaba con motivos de mis encuentros periodicos en la ciudad hispalense. Ya he comentado varias veces que de todas las cosas buenas de las que un entrenador puede disfrutar, es la observación, en mi caso, de las que más, y en estos dos días pude presenciar con agrado y muy maravillado como un entrenador de la llamada élite, trabaja de una forma muy especial y algo diferente a los típicos patrones que existen en este mundo del bàsquet profesional donde porsupuesto sólo prima el resultado. Todo el arsenal técnico/táctico a nivel defensivo gira entorno al trabajo conceptual, la construcción de la defensa colectiva, ya que en mi opinión no la llamaria individual, está estructurada y realizada con muchos tintes de conceptos muy básicos y casi formativos diría yo, sin especulaciones, sin trampas, una filosofia creada desde el aspecto más global hasta llegar al más pequeño pero importantísimo detalle que muchas veces se convierten en lo realmente importante, un trabajo dónde los jugadores se ayudan continuamente cohesionándose de tal manera que al primer despiste de uno de ellos todo ese engranado encadenamiento de conceptos puede irse al traste, una manera de darle importancia a la adherencia del trabajo físico, el técnico y el táctico para de una manera muy ambiciosa darle sentido al juego.



En definitiva puedo decir que ahora entiendo perfectamente el porqué suelo disfrutar casi siempre con el juego del equipo andaluz, el porqué los equipos de Joan Plaza y sus ayudantes suelen encajar normalmente pocos puntos y los motivos por los cuales creo con total seguridad que los jugadores con los que trabaja siguen creciendo como jugadores y como personas a pesar de la veteranía o juventud que puedan tener...y todo ello desde el desarrollo de valores tan importantes y muchas veces obviados como la honestidad y la integridad en el juego.