Un niño de 10 años va por la calle acompañado de su madre y se cruzan con un señor el cual recibe un insulto grosero por parte del niño. El señor, con mucho talante y cargado de paciencia pero algo contrariado le dice al niño que eso no se dice, que es de muy mala educación, a la que la madre responde: sólo es un niño de diez años. El señor continuando creo con quizás esta vez demasiada tolerancia contesta a la madre diciéndole: por eso señora, por eso.
Esta es una pequeña pincelada de nuestro baloncesto de formación que más tarde dará paso a las inadecuadas actitudes del otro baloncesto, el de los mayores.
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