lunes, 9 de noviembre de 2015

Relajación, tensión y presión

Entrenar relajado. entrenar estresado y con presión o entrenar con la tensión adecuada.

Trabajar con un alto grado de relajación supongo no ayuda demasiado en el aprendizaje adecuado de nuevas enseñanzas. Digo esto porque ni tan siquiera aquellos deportistas de una capacidad cognitiva especial o muy desarrollada serán capaces de entender todas y cada una de las indicaciones, detalles y correcciones que dará el responsable, en este caso el entrenador.
Por otro lado siempre nos hemos percatado que cuando realizamos una actividad con una presión desaforada sea cual sea el dominio de esa ejecución, tiende irse al traste. Cuando perdemos el control y la concentración en las acciones por el motivo que fuere, un exceso de responsabilidad por la consecución de un objetivo concreto, por el miedo al error o al fracaso, por las presiones que me viene del entorno exterior o por cualquier otra razón que altere el orden mental que debo profesar en cualquiera de mis actividades o ejecuciones. Muchos hablan que tener el estrés controlado es forma de llegar a buen término con nuestra dedicación, yo creo en su defecto que no se debe llegar a ese estrés porque la línea que separa el control del descontrol es muy delgada y frágil.
No nos referiremos a la tensión como definición científica referente a la salud ya que ese estado también es llamado de forma común como estrés, ni tampoco atribuiremos su significado al suspense que se puede crear en una película de terror donde no sabes lo que puede pasar, lo relacionaremos directamente con un estado psíquico y físico adecuado, pendiente de todo lo que pasa a nuestro alrededor y con la mejor concentración posible para de ese modo no desviar nuestra atención de lo importante y de lo que ocurre en todo momento alrededor del entrenamiento y el total de su contenido.

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