Era el año 1990 cuando mi primer mando y a la vez entrenador me dijo que antes del partido va el entreno, y que antes de jugar a baloncesto hay que aprender entrenando a jugar a baloncesto. Me dijo también que antes de entrenar baloncesto había que aprender a como se debe entrenar.
Supongo que hacía hincapié a que por ejemplo una de las muchas cosas que hay que hacer para aprender a entrenar es primero aprender a escuchar entre otras muchísimas cosas.
No nos damos cuenta que poco a poco nos come la hegemonía del partido, que solo se quiere jugar y que no vale la derrota, que si me exigen o no juego lo que quiero, que si no se gana, que si no sé que y que no sé cuanto...
Cada vez se juega peor porque cada vez se entrena menos. El otro día el presidente de Euroleague terminaba una entrevista concluyendo que al jugador lo que le gusta es jugar y que mientras menos entrenamientos mejor...
...el baloncesto es mucho mas que las competiciones de élite, que los intereses económicos y que el negocio deportivo...el baloncesto como deporte ayuda a la formación del joven como deportista y como persona íntegra...
...veo a diario auténticas barbaridades alrededor del mundo de la formación y todo lo que rodea la parte dañina de la competencia mal entendida y de la desaforada competitividad que se crea para ganar o tener mas, auténticas barbaridades las cuales una educación deportiva adecuada y mínima ayudaría a que estas cosas no pasaran...
...creo firmemente que esa educación se entrena, se fomenta y se crea alrededor del día a día, durante la semana, durante el entrenamiento...y que el partido entonces si nos servirá para desarrollar ese trabajo realizado, y no me refiero tan solo a los fundamentos y conceptos deportivos de la actividad en cuestión, sino también de nuestro comportamiento, nuestros modales y nuestra educación, la deportiva y la social.
Ganar debería ser mas difícil que entrenar bien pero lamentablemente ahora mismo creo es al revés porque el mundo pone más entusiasmo, mas voluntad, mas interés, mas creencia y deseo en la victoria que quizás pueda no llegar a conseguir que en el necesario y maravilloso camino previo.
domingo, 29 de noviembre de 2015
lunes, 9 de noviembre de 2015
Relajación, tensión y presión
Entrenar relajado. entrenar estresado y con presión o entrenar con la tensión adecuada.
Trabajar con un alto grado de relajación supongo no ayuda demasiado en el aprendizaje adecuado de nuevas enseñanzas. Digo esto porque ni tan siquiera aquellos deportistas de una capacidad cognitiva especial o muy desarrollada serán capaces de entender todas y cada una de las indicaciones, detalles y correcciones que dará el responsable, en este caso el entrenador.
Por otro lado siempre nos hemos percatado que cuando realizamos una actividad con una presión desaforada sea cual sea el dominio de esa ejecución, tiende irse al traste. Cuando perdemos el control y la concentración en las acciones por el motivo que fuere, un exceso de responsabilidad por la consecución de un objetivo concreto, por el miedo al error o al fracaso, por las presiones que me viene del entorno exterior o por cualquier otra razón que altere el orden mental que debo profesar en cualquiera de mis actividades o ejecuciones. Muchos hablan que tener el estrés controlado es forma de llegar a buen término con nuestra dedicación, yo creo en su defecto que no se debe llegar a ese estrés porque la línea que separa el control del descontrol es muy delgada y frágil.
No nos referiremos a la tensión como definición científica referente a la salud ya que ese estado también es llamado de forma común como estrés, ni tampoco atribuiremos su significado al suspense que se puede crear en una película de terror donde no sabes lo que puede pasar, lo relacionaremos directamente con un estado psíquico y físico adecuado, pendiente de todo lo que pasa a nuestro alrededor y con la mejor concentración posible para de ese modo no desviar nuestra atención de lo importante y de lo que ocurre en todo momento alrededor del entrenamiento y el total de su contenido.
Trabajar con un alto grado de relajación supongo no ayuda demasiado en el aprendizaje adecuado de nuevas enseñanzas. Digo esto porque ni tan siquiera aquellos deportistas de una capacidad cognitiva especial o muy desarrollada serán capaces de entender todas y cada una de las indicaciones, detalles y correcciones que dará el responsable, en este caso el entrenador.
Por otro lado siempre nos hemos percatado que cuando realizamos una actividad con una presión desaforada sea cual sea el dominio de esa ejecución, tiende irse al traste. Cuando perdemos el control y la concentración en las acciones por el motivo que fuere, un exceso de responsabilidad por la consecución de un objetivo concreto, por el miedo al error o al fracaso, por las presiones que me viene del entorno exterior o por cualquier otra razón que altere el orden mental que debo profesar en cualquiera de mis actividades o ejecuciones. Muchos hablan que tener el estrés controlado es forma de llegar a buen término con nuestra dedicación, yo creo en su defecto que no se debe llegar a ese estrés porque la línea que separa el control del descontrol es muy delgada y frágil.
No nos referiremos a la tensión como definición científica referente a la salud ya que ese estado también es llamado de forma común como estrés, ni tampoco atribuiremos su significado al suspense que se puede crear en una película de terror donde no sabes lo que puede pasar, lo relacionaremos directamente con un estado psíquico y físico adecuado, pendiente de todo lo que pasa a nuestro alrededor y con la mejor concentración posible para de ese modo no desviar nuestra atención de lo importante y de lo que ocurre en todo momento alrededor del entrenamiento y el total de su contenido.
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