domingo, 14 de octubre de 2012

Llegar jugando

Todavia recuerdo a la generación del '82 y del '83 del Colegio Cide en edad cadete. Aquel equipo entrenado por un compañero actual, técnico de formación que puede dormirse mientras otros hablan del baloncesto profesional y que se despierta cuando escucha la palabra fundamento técnico o Mini Básquet. Pues bien, han pasado ya como 15 años de quello y recuerdo aquel equipo sacando las contras de muchas maneras diferentes y con una filosofia de juego clara y francamente muy vistosa para el espectador, además de muy nutritiva para el importante proceso de formación de esos jugadores tan jóvenes.
He escuchado alguna vez que el contraataque es una situación del juego en la que hay que incidir mucho y trabajarlo a diario. Pienso que cualquier faceta del juego merece toda nuestra atención y trabajo, si queremos profundizar y dominar el juego en cualquiera de las facetas que sea debemos así hacerlo. A favor de este tipo de hacer baloncesto, diremos que es una parte del juego ofensivo de total aceptación para la mayoria de los técnicos e incluso es parte presencial de la filosofia de ataque de los equipos. Pero, ¿hay entrenadores a los que no les guste correr y jugar al contraataque?. Supongo que lo más probable es que universalmente el entrenador sólo quiera prescindir del contraataque durante los partidos de forma táctica, es decir, dependiendo de muchos condicionantes que se den en el partido o quizás pensamiento previo al partido dependiendo del estilo de juego del rival con el propósito de minimizar su estilo. Pero debemos tener cuidado porque el porcentaje de represión que transmita el técnico a su grupo pone en peligro el hábito de correr y en su defecto ir en contra de una filosofia de trabajo. Si quieres que tu equipo corra y es tú filosofia, es aconsejable no reprochar demasiado acciones negativas que se dan en ese periplo, tales como precipitación y desorden en el juego que pueda reflejar después pérdidas de balón.
Si deseamos que el contraataque tenga un protagonismo grande en nuestro juego deberiamos enfocarlo de forma que le sea atractivo al jugador, que además de forma natural lo reclama, y mientras más rápido y más veces mejor. Debemos intentar plantearlo como una situación divertida del juego, en la que hay muchas ocasiones para anotar y además de muchas formas diferentes. Uno de los pocos entrenadores que tuve como jugador era muy criticado como técnico y yo solía ser siempre la diana de las iras y criticas referente a su capacidad como técnico de ese entrenador, mi respuesta siempre era la misma "con este entrenador sabemos a lo que jugamos", digan lo que digan, eso es un aspecto muy importante a la hora de trasferir el trabajo semanal a la competición, filosofia clara e insistencia en el trabajo diario para hacer del juego algo divertido, rápido y entretenido, además de vistoso y agradable para el aficionado.
Dotamos a nuestros jugadores el derecho a equivocarse, algo que a la larga es provechoso para su formación como jugador.
Nos da muchas acciones de hacer ese ataque con cualquier número de jugadores. El equipo rival aunque sepa que la filosofia ofensiva es la del contraataque no están preparados para defenderlo siempre, un ataque de 5 suele ser un ataque con la oposición del balance defensivo, un ataque con menos jugadores no tanto. Los rivales no suelen ajustarse defensivamente con rapidez, no saben. Otra situación importante de este juego es que a la larga el rival no castiga yendo al rebote de ataque y se preocupa más por hacer el balance defensivo.
Como hemos destacado antes al ser un juego con multitud de situaciones diferentes de finalización, desarrolla la capacidad de creatividad para ello y afecta positivamente al proceso de formación del jugador.
Existe un tópico en el baloncesto que dictamina que aquel equipo que corre no suele defender. Yo creo que se puede correr siempre, pero sobretodo se corre desde el rebote defensivo o desde la recuperación del balón, rebotear o recuperar balones a nivel estadistico no es para mi producto de una buena defensa por el mero hecho de hacerlo, si al trabajo previo que se debe dar antes de sumar estadisticamente, buen posicionamiento defensivo y actividad en resumen sería lo que a cada jugador le da la opción de defender con garantias. Ese tópico se da más bien sencillamente porque cuanto más rápido sea el juego, más posesiones hay en el partido por parte de ambos equipos y en consecuencia más oportunidades de anotar.
A la hora del trabajo diario y buscando esa trasferencia al juego real, podriamos dividir el trabajo en cuatro grupos. En primer lugar el rebote. En general el poco trabajo que se suele hacer durante el entrenamiento no sirve para nada. Digo esto porque cuando planteamos un ejercicio de rebote, casi siempe el jugador centra  y focaliza toda la información en el arte de cerrarlo antes y realizar la técnica después....fijar al defensor, utiizar el pivote adecuado para cerrar su trayectoria y la oposición para aguantarle. Pero eso solo suele ocurrir durante esos minutos de trabajo. Me entristece mucho ver como jugadores que rebotean más de una decena de veces en un partido de llevan las alabanzas y los méritos, cuando la realidad es que en esos 28 minutos que estuvo en cancha deberia haber cerrado el rebote en 32 ocasiones y tan solo lo hizo en 6 situaciones. Pero claro, al final recogió 12 rechaces y todo el mundo lo ensalza glamourasamente. Yo prefiero reforzar más positivamente aquel jugador que a pesar de no destacar ningún rebote en su estadistica personal, ha cerrado correctamente el rebote tantas veces como el rival lanzó a canasta en el tiempo que el estuvo en pista. Eso es algo que si le da sentido al trabajo, lo otro no.
La segunda fase del contraataque la denominariamos la salida. Cuando hablamos de la salida del balón, nos referimos especialmente tanto al primer y segundo pase de contraataque, acciones de vital importancia para la ventaja del juego. Siempre preferimos sacar las contras con pases ya que estos dinamizan la salida al contrario que el bote, el cual lo ralentiza. Personalmente utilizo la frase "no cambiamos un pase por un bote", de ese modo rentabilizamos además de contribuir a mejorar la táctica individual del jugador en su toma de decisiones a la hora de utilizar el fundamento adecuado en el momento adecuado. A la hora de dar salida al balón muchos entrenadores tienen como norma sacarlo por los lados debido a que por la parte central hay aglomeración de jugadores, otros prefieren sacarlo por el centro para de ese modo tener mas posibibilidades de distribución por ambos lados del campo. Personalmente prefiero decirle a mis jugadores y no solo en categorias de formación, que deben dar salida al balón  por donde se pueda, lo importante es sacarlo, algo que también contribuye a la mejora de la lectura colectiva. También es de vital importancia que los jugadores no adopten roles, en el contraataque no hay tiempo para ello en diferencia del ataque posicional, los jugadores deben de ser capaces de leer cada situación diferente en el campo y asumir ese rol cambiante dependiendo de su distribución en el campo, de ese modo también una vez más ayudamos de forma integra en el proceso formativo de conseguir jugadores más versátiles y polivalentes al menos durante la acción de los contraataques.
Aqui entrariamos en una nueva fase, el reconocimiento de los espacios, ubicación de las calles y juego sin balón. Esta fase es parte importante ya que a pesar de la rapidez de este tipo de juego, es necesario un mínimo de orden en su ejecución. Debemos hacer grande el campo para de ese modo tener toda la claridad a la hora de efectuar los pases, fundamento protagonista en este juego. La distribución de los jugadores en la pista es esencial ya no solo para la posible finalización del contraataque sino también para la posible opción del juego de transición que es la antesala al juego posicional de después. Antes de esa posible segunda oleada de contraataque a la que llamariamos transición debemos también tener en cuenta algo que refuerza además nuestro juego de contraataque como filosofia ofensiva, que no solo debemos atacar en superioridad numérica ya que el posicionamiento defensivo en el balance del rival no suele tener una distribución correcta y debemos además pensar en aprovechar algo importante, nosotros vamos de cara al aro.
Finalizaciónes. Si hemos llevado correctamente las fases previas, anotar no será dificil. Curiosamente los equipos que corren suelen tener mejor selección en los tiros, conseguimos además darle sentido al espiritu de equipo ya que de esta forma podemos cohesionar al juego a los jugadores con menos capacidades y más limitaciones a nivel técnico y táctico. Anotando después del contraataque todo el mundo se siente importante y se mejora la conducta del equipo. La conducta crea sentimientos, no debemos permitir que sean los sentimientos los que creen la conducta, ello nos llevará a problemas tanto en el baloncesto como en la vida.

miércoles, 3 de octubre de 2012

...aliado con la tranquilidad

La ideologia y sus principios que fueron motores de las tomas de decisiones de años pasados mueren en el presente. Mi pequeño mundo diario empieza a cambiar y las cosas buenas empiezan a distribuirse de manera poco equitativa, por consiguiente, va a construirse un mundo diferente al que pensaba regido por principios, pensamientos o leyes nuevas. Se me avecina una época corta en la que se producirán diversos choques, conflictos y convulsiones mentales que se traducirán en momentos de nula complicidad con el mundo exterior. Empiezo a asistir a una desestabilización general de los valores y los principios que protagonizaban de manera positiva mi día a día, estos ya se van agotando. Todas esas cosas que funcionaban de manera ecuánime y objetiva se van derrumbando y las personas de mi alrededor asisten con inercia a un fenómeno protagonizado por el interés y la no empatía. No me corresponde a mi decretar si una persona posee más méritos que otra en esta Tierra, pero, ahora más que nunca puedo pensar que no he labrado con inteligencia mi ciclo de vida. Hablando de ese ciclo de vida puedo valorar que la bondad, desarmada, no se defiende, permite que el mal le gane terreno día a día. Lamentablemente el hombre bueno es incapaz de dirigir su propio destino. Que no me obliguen a decir lo que no quiero, no quiero que el mal responda con un mal peor, por ello, de nuevo volveré a bajar mi cabeza y me emplazo a intentar seguir siendo aliado de mi tranquilidad.